Caer en prisión no es nada fácil, pero quizás algunos o cuida’o que muchos se preguntan cómo hace un privado o privada de libertad para aguantar esos deseos carnales.

A nosotros también nos invadió la curiosidad y le preguntamos a Maiseth Castroverde “Chechi” cómo ella ha “sobrevivido” a estar casi cuatro años sin nada de nada.

Está bien preocupada

Según “Chechi”, eso del sexo es pura mente. Contó que cuando llegó al penal, con el pasar de los días les preguntaba a otras reclusas cómo hacían ellas para aguantarse las ganas, y le afirmaron que todo era mental. ¡Ummm!

¡Ah, eso sí! No la pongan a escuchar una conversación erótica ni mucho menos ver una película de esta índole. “Uno es de carne y hueso y le entran las ganas, pero te seré sincera, estoy es preocupada porque creo que he perdido el apetito sexual”, narró Castroverde.

Consejos del ginecólogo

En días pasados, ella dejó los barrotes por unas horas para visitar al ginecólogo, a quien le confesó esta preocupación, el galeno moría de risa mientras esta le contaba su mortificación y le respondió: “Eso es normal, ya tú estás tan mentalizada a no tener nada que tu cuerpo no piensa en eso, pero ya verás que cuando sales, eso volverá que dará es miedo”. ¡Ay, santo!

Al escuchar esto, “Chechi” nos dijo: “Qué preocupación más grande porque saldré de aquí la cárcel sin novio. Ja, ja, ja”.

Se sintió violada

Aquí no acaba esto, ya que ese mismo día que la llevaron al médico, después de casi cuatro años de estar tras las rejas le realizaron el papanicolao, examen que la hizo sentir violada. ¡Mira, tú!
“Chechi” es respetada y querida por las lesbianas del penal. la mayoría de ellas la llaman “mamá”. ¡Waooo!